Las varices son una patología que afecta fundamentalmente a las venas de las piernas. Por diversos factores, las venas se ensanchan, dilatan y se vuelven tortuosas. Esto provoca problemas de circulación sanguínea que pueden ser muy perjudiciales para la salud. Los síntomas de insuficiencia venosa son la pesadez de piernas, calambres, picores e incluso fuertes dolores.
Una de cada diez personas las padece, siendo más frecuentes en las mujeres, sobre todo, por efecto de los embarazos y las hormonas.
Las varices se forman por un mal funcionamiento de las válvulas de las venas de las piernas. Estas válvulas, ayudan a que la sangre siga su camino hacia el corazón. Sin embargo, pueden funcionar mal, por lo que la sangre se estanca en la venas, ensanchándolas y haciéndolas insuficientes (no trabajan bien).
La postura natural de las personas durante la mayor parte del día es sentado o de pie. En la cama, la mayoría de las personas, no pasamos más de 7-8 horas. Es decir, 2/3 de nuestro tiempo lo pasamos favoreciendo la aparición de varices.
No se debe iniciar un tratamiento sin tener previamente una exploración previa por doppler (estudio no doloroso de la circulación venosa o arterial). Una vez realizado el diagnóstico, deben valorarse las circunstancias de cada paciente y ponerse en manos de un especialista para solucionar el problema.
Tratamiento de arañas vasculares o pequeñas varices, sin dolor, sin cirugía y sin grandes riesgos. Gracias a la infiltración de un producto que hará que estas ‘venitas’ se cierren y sean reabsorbidas. Es importante tener en cuenta que los hábitos, como ejercicio físico y medias de descanso fundamentalmente, serán aliados a la hora de mantener el resultado y prevenir la aparición de nuevas varices.
En ocasiones se planteará tratamiento vía oral y/o con medias de compresión para mejorar y prevenir la aparición de nuevas varices.